lunes, 2 de enero de 2017

Recordando a Pedro González.

Desde hace 17 años, cada 1 de enero, siempre me acuerdo mucho del periodista asturiano Pedro González, que nos dejó el primer día del año 2000, víctima de un infarto.
Detrás de aquel bigote enorme, narraba las etapas con una mezcla de alegría contenida y tranquilidad, que le permitían guardar las formas en todo momento, salpicando su narración de miles de anécdotas.
Tuvo la fortuna de narrar para Televisión Española, seis victorias españolas en el Tour de Francia, tres victorias en la Vuelta a España, el oro olímpico de Induráin y dos mundiales, el de Olano en 1995 y el primero de Oscar Freire en 1999. Yo, personalmente, siempre lo recordaré por su última gran retrasmisión, la que llevó a un desconocido Oscar Freire a lo más alto en el Mundial de Verona de 1999 con una prodigiosa arrancada de más de un kilómetro que sorprendió a sus compañeros de fuga mientras Pedro González, fiel a su estilo tranquilo, la narraba con un punto de emoción e inmensa alegría contenida.
Le pude estrechar la mano, en el verano de 1999, pero no pasó de un simple saludo. Recuerdo que en la radio sonaba 'Losing My Religion', el hit de R.E.M. y  'Bailar Pegados' de Sergio Dalma se escuchaba a todas horas.
En televisión, Ana Obregón y Jesús Gil y Gil tenían su hueco en la parrilla televisiva, llenando de 'caspa' las imágenes.
Los informativos advertían sobre lo peligroso que era exponerse al sol en las horas de alta intensidad.
Después de comer tocaba siesta. Y, desde luego, no había mejor indicador de que el verano había llegado a España que las emisiones del Tour de Francia.
Pedro González hacía el seguimiento a tiempo real de las etapas de la competición. El mítico Tour llevaba retransmitiéndose en España desde los años 60. El verano de 1991 podría haber sido un verano más, pero el 19 de julio, Miguel Induráin vistió a España con el maillot amarillo por primera vez en la 78º edición del Tour, prenda que apenas se quitó durante las cinco competiciones siguientes. La fiebre ciclista reunió otra vez a las familias frente al televisor, y se acabó la siesta, y empezamos a familiarizarnos con la voz de Pedro González.
Pero fue en 1992 cuando pude charlar con él. Estaba yo haciendo mis pinitos de becario para el diario el País, y pudimos entablar conversación, una conversación fluida de ciclismo.
1992 fue el año que España subió a primera división.
Me explico.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona. La Expo de Sevilla. El AVE. Nos pusimos a la cabeza de Europa, ¿O fue todo un espejismo?
Lo que no fue un espejismo, es que estaba charlando con un hombre que sabía mucho de ciclismo, que tenía su punto de vista, y nadie le convencía de su idea, y que lo mismo no fue el mejor comunicador en cuanto a ciclismo se refiere, pero su dedicación era total.
Comenzó en Radio Peninsular realizando reportajes, para pasar posteriormente a Radio Nacional de España (RNE) en 1974, donde se especializó en información deportiva, principalmente en ciclismo y fútbol. En 1987 deja Radio Nacional de España (RNE) y se incorpora a Televisión Española (TVE), formando pareja profesional con Emilio Tamargo hasta 1994 y, a partir de este año, con el ex ciclista Pedro Delgado. Cubrió las pruebas más importantes del calendario ciclista mundial: Vuelta a España, Giro de Italia, Tour de Francia, Campeonatos del Mundo, y Juegos Olímpicos.
Llevaba Asturias dentro, allá donde iba, y comentaba diariamente a los telespectadores los encantos de la tierra donde nació. Fue un embajador de Asturias en el mundo y el máximo impulsor de la subida al mítico Angliru. Tanto fue así, que después de su muerte, la dirección de la Vuelta a España concedía el Premio Pedro González al ciclista que invertía menos tiempo en las etapas que transcurrían por Asturias.
En 2000, el Gobierno del Principado le concedía, a título póstumo, la Medalla de Asturias en su categoría de plata.
Descanse en paz.
Manuel Pérez Aguirre.

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